Había dejado su audífono del oído izquierdo para reparar.
Mientras, yo le había prestado otro.
Vino a retirar el suyo.
- NO ENCUENTRO EL QUE ME PRESTÓ...
- Quédese tranquila. Ocupémosnos del suyo. Y empecé a calibrárselo.
Cuando fui a ponérselo, me encontré con que en el oído izquierdo tenía puesto el del oido derecho. y el que yo le había prestado estaba en el estuche. Entonces me dijo:
- PERO NO ES DE ESE LADO!!
- Si, este que me dejó es del oído izquierdo.
- NO!!
Aclaro que los audífonos son como los zapatos. Es imposible no reconocer a simple vista cual corresponde a cada oído.
- Si, estoy viendo que es del oído izquierdo. Y es de ese oído el que me dejó para reparar. El que está en el estuche es el que le presté.
- CUAL? ESTE?
Lo miró y dijo:
- NO!!! ESTE ES DE ESTE LADO!! E intentó ponérselo en el derecho donde encontró otro audífono puesto. El suyo, del oído izquierdo.
- NO, ESTE NO ES DE MI OIDO, NO ENTRA