Omarum Saturninus ya no está con nosotros.
Confieso que lo extraño. Siempre hay males peores.
Resulta que el administrador le pagó su sueldo y entre los billetes él asegura que había uno falso.
El canto de la calandria se transformó en ese momento en un lamento con música del altiplano. Cada vez que uno entraba al edificio descargaba Omarum su artilleria contra el infame que lo había estafado y no le había querido cambiar el billete.
Los comentarios a su favor lo hicieron sentir Goliat. Seguro de conseguir el cambio de administración a causa del billete falso, intentó que el edificio entero aceptara la ineficiencia del funcionario. Tal vez Omarum hasta fantaseó con ocupar su lugar y se llegó a ver cantando en su despacho a viva voce.
No fue ese el desenlace.
Una silenciosa mañana de abril la calandria se silenció. La silenciaron.
En su lugar, un joven circunspecto y nada cantarín ocupa su lugar.
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1 comentario:
ay noooo, la pena que me da! pero no se investigo bien el tema? no se puede comprobar que el billete se lo dieron? o no?
yo igual le creo a omar, porque el no se va a poner a si mismo en tremenda situacion porque si. si le aparecio un billete falso en su plata es porque se lo dio falso. Entiendo que esa no era la forma de protestar el tema. Pero como habra pasado bien todo. No me gusta nada esto. Aguante omar!
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