- Hola, Dionisia, ¿cómo estás?
- Mal, ¿cómo voy a estar? ¡con esta migraña!
- ¿Y cón los audífonos como vas?
- Si no los uso, ¿no ves que tengo migraña?
- Claro, tal vez los podemos poner más bajos, o que los uses en el programa de Confort.
- Bueno para eso vine, pero no sabés lo que me costó llegar. Hay lío por todos lados.
Empiezo a calibrárselos.
- ¿Estás mejor?
- Si, con vos estoy perfecto pero después en el loquero de afuera…
- Afuera los ponés en Confort.
- No sé, no sé, estoy muy nerviosa, el control remoto no anda. Ayer un tipo me abolló todo el auto, debía ser un chorro porque cuando le toqué bocina, escapó.
- Ay, qué susto habrás pasado.
- Tremendo.
- Practiquemos con el control remoto para ponerlos en Confort.
- Esto no anda.
Le demuestro que anda. Lo prueba y lo guarda en un estuche rojo de género.
- ¡Qué lindo ese estuche, Dionisia!
- Sí, en Europa te dan de estos cuando compras un anillo o algo así. Qué distinto es todo en Europa, en cambio este país. No tiene arreglo.
- Tiene un diseño que parece japonés.
Sonríe apenas.
- Y ahora tengo que llevar el auto al taller. Cada vez que voy al mecánico son veinte mil pesos.
- A lo mejor esta vez es menos.
- O más. Porque el seguro no me cubre. ¿Sabés lo que cuesta uno por todo riesgo?
- Carísimo.
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2 comentarios:
No quiero la solución quiero el.problema, no te das cuenta? Yo
ja ja!! le falta "Confort" mental !!!
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