jueves, 30 de abril de 2009

Twins


Salí a la sala de espera y lo llamé. Se puso de pie y empezó a caminar hacia mí un hombrecito pequeñito, de unos 80 años. A pacitos cortos pero firmes se me acercó para seguirme al consultorio. Al pasar por delante de la recepcionista me dí cuenta de que apenas sobrepasaba el mostrador. Inmediatamente se paró también otro señor. Enorme. Altísimo y con un físico de gigante.
Lo acompañaba.
No parecían de la misma especie. Sin embargo venían juntos. Me moría por saber cual era la relación entre ambos. Gigante era un poco más joven. Descartado entonces que fueran mellizos.
Aparte, cada rasgo de la cara de uno era opuesto al del otro. Gigante era narigón, Pequeño apenas tenía nariz. Gigante una boca para comerte mejor. Pequeño apenas la abría. Gigante mucho pelo. Pequeño casi pelado. A Gigante le gustaba hablar. Pequeño era retraído. Yo preguntaba y respondía Gigante. Cuando lo hacía Pequeño, apenas se lo oía.
No pude más y pregunté:
-Qué son ustedes?
- BUENO, EL EMPRESARIO. YO ABOGADO, se apuró a responder Gigante.
Claro, no me había expresado bien.
- No, quiero decir qué son entre ustedes.
Y temblé. Pensé que los había puesto en un aprieto. Tal vez eran pareja y yo metiéndome en sus vidas.
- AMIGOS!! digo Gigante. Pequeño sonrió, asintiendo.
Empecé a hacerle las pruebas a Pequeño. Encontramos los audífonos que mejor le iban. Oía mucho mejor pero no mostraba mucho entusiasmo. Es de esas personas que envejecen naturalmente, que vivieron toda la vida aceptando sus pro y sus contras. Y que la sordera habia venido con los años. Para qué resistirla?. Pequeño es manso, sabio y humilde.
Gigante en cambio le pone el pecho a las cosas. Y resolvió:
- VAS A PONERTE ESTOS!
- Noooo, son muy caros. Dijo Pequeño.
- VOS DE ESO OLVIDATE. ESTAMOS ACA PARA SOLUCIONAR EL PROBLEMA. YO NECESITO QUE VENGAS A MI CASA Y CONVERSES CONMIGO. NECESITO QUE HABLEMOS COMO LO HICIMOS SIEMPRE. Y YO TE LOS VOY A REGALAR.
- Noooo, yo no puedo permitir eso
- CUANTO MAS TE CREES QUE VAMOS A VIVIR? LA PLATA ESTA PARA ESO. Y YO TENGO PLATA. ASI QUE NO SE HABLA MAS.
Y Pequeño, que es un Grande, aceptó. Porque saber recibir también es una Grandeza.

jueves, 9 de abril de 2009

Descuido


Ella era la paciente. Su marido el acompañante. Ella quería usar audífono. El no se lo quería comprar. Ella cuestionabla. El firme. Todo le parecía caro. Una barbaridad. Para lo que hay que oír. Para lo que lo vas a usar.

La fonoaudióloga ( no era yo), hizo el estudio porque así lo indicaba el médico. Probó unos cuantos porque todo era conflictivo. La situación estaba tirante. Los nervios se contagian, las cosas se complican.

Ningún modelo les venía bien. En realidad a ella sí, pero el juez dictaminaba que no.

Terminada la prueba habia como 15 audífonos con sus respectivos cables para conectar a la compu y sus zapatas sobre el escritorio, pilas y adaptadores para el oído. La fono hizo el informe, les dio los precios y los despidió.

Cuando terminó de ordenar, sonó el teléfono. La paciente.


- MIRE, YO LE VOY A DECIR LA VERDAD, EN LA CALLE NO LO TOLERO...


- Cómo que no lo tolera en la calle?


- SI, LO TRAJE PUESTO HASTA CASA Y LOS RUIDOS DE LA CALLE ME MATAN, NO SE SI LO VOY A PODER USAR, TIENE RAZON MI MARIDO.


Ya era de noche, estabamos por cerrar el consultorio.


- Mire, hagamos una cosa, sáqueselo, guárdelo muy bien y yo mañana paso por su casa a buscarlo. Después vemos si ese era el modelo que le había ido mejor, o habría que calibrarlo distinto. Yo mañana a las 9am estoy ahí. Sin falta.