jueves, 17 de enero de 2019

Knockout al atropello infundado

Suena el teléfono fuera de horario.

- Hola, necesito un turno para mi madre. Porque la verdad que los audífonos que compró son una porquería, gastamos plata al pedo, desde el primer día que no oye.
- Bueno, deberíamos verla, seguro vamos a encontrar una solución.
- Lo dudo, porque la fonoaudióloga nos  mando ahí para que nos atendiera una tal...
- Si, soy yo.
- Ah. Ejem, bueno... no importa la cuestión es que no le sirven para nada. Desde el primer día, nunca le sirvieron, oye mejor con el que tenía antes que con estos.
- Si te parece, le doy un turno y la veo para ver cual es el problema.
- ¿El problema? ¡Que no oye! ¿No te digo. Un desastre son estos audífonos. Tiramos la plata. Nos la tendrían que devolver.
- Tengo que verla.
- Mi mamá es una señora muy mayor,  y yo soy fonoaudiologa , me doy cuenta de que no le sirven.
- Te entiendo todo lo que me decís, pero si no la veo, no puedo hacer más que escucharte. Ahora, si querés, vienen y trato de resolver todo lo que me decís.


Después de diez minutos logré darle un turno.

Hoy vinieron,  la hija con la cara desencajada, el entrecejo marcado, los ojos semicerrados, los músculos contraídos. Lista para el combate. Las hice pasar con una sonrisa, pero se puso en el otro lado del ring. Llevó con ella a la madre que miraba asustada. Quería dar inicio a la pelea, la necesitaba, clamaba por adrenalina.
Por fin, se sentaron.

- A ver. qué es lo que pasa...
- Todo pasa, TODO. No oye nada, veníamos en el auto, le hablaba  y una tapia. ¿Me entendés que NO ENTIENDE NADA? NO DISCRIMINA. Un desastre. Además, le duelen.
- Nunca vinieron a control...¿no es cierto?
- No, porque fuimos con la otra fono, tu socia, mil veces fuimos, no solucionó nada. Se lo limó un poco, no sirvió para nada, le duelen, no oye. ¿Entendés que no oye?
- Entiendo perfectamente. ¿Los tiene puestos?
- Si, no sé para qué, ¡si es como hablarle a la pared!

Me acerco al oído y encuentro el audífono izquierdo puesto en el oído derecho. Y por supuesto, el derecho en el izquierdo.

- Están puestos al revés.
- De ninguna manera.
- Si, ¿ves? el azul va en el oído izquierdo. Vos sabés, es como los signos en audiologia.
- Claro, ¡azul izquierdo, rojo derecho! MAMA , ¿TE PUSISTE LOS AUDIFONOS AL REVES?
- ¿Qué?
- Ves que no oye?

Abro un audifono, saco la pila. Gastada. Abro el otro audífono: sin ninguna pila. Les muestro.

- MAMÁ, ¡ESTÁN SIN PILA!
- Qué?

Sigo revisando. Los filtros tapados. Los cambio, le muestro a la hija.

- MAMÁ, ¿VOS CAMBIAS LOS FILTROS?
- ¿Los qué?

Le pongo bien los audífonos, con pilas y filtros nuevos. Le explico todo a la madre.  Le pregunto si ahora oye:

- Sí, muy bien. Bien fuerte.
- ¿Le molestan?
- Para nada.

La intensidad de la voz de la experta hija fonoaudióloga bajó como treinta decibeles, su cara empalideció.

- Por favor, ¿me podrían llamar un remise?