miércoles, 9 de enero de 2013

Napolinello

Volvì de unos dìas de vacaciones, descansada, mirando la vida con lentes de sol, sintiendo todavia el mar en mi piel. Situación ideal. Me sobraba paciencia.
Hasta que llegó Napolinello, un tano nonagenario que habìa retirado los audìfonos hacía diez días.
Muy sordo. Pero no sólo por su hipoacusia sino por el poco entrenamiento para escuchar. Habla él todo el tiempo, él sabe todo, él tiene razón, su mujer acata todo lo que él dice y la familia le tiene miedo.
Ya cuando eligió los audífonos cuestionó el precio, gritó ( literal), pataleó ( no literal)  regateó, me dió clases de venta, hasta que le conseguí una marca subsididaria de una importante, mucho más económicos.
Lloró miseria en un españoliano indescifrable, pero se puso los audífonos. Un par.
Entregárselos fue agotador. Le insistí mucho en que los usara gradualmente y en que no los sacara a la calle la primera semana, hasta que volviera al control.
A eso vino ayer, mi primer día de trabajo en el que yo irradiaba renovada juventud, buen humor y estaba convencida de que la vita é bella.
- Hola Napolinello! Còmo le vaaaaaa?! ( con voz musical excedida en optimismo)
- Como la merda me va
- Pero por qué Napolinello?
- Usté me va a devolver peso por peso que le pagué!! Qué se cree? que no me costó juntar esa plata?
- Por qué, qué le paso?
- Mire, yo salí el otro día hasta la panaderia...
- Pará Papá -pretende interrumpir su hija - y dirigiéndose a mí aclara: Perdió un audífono!
- QUI PARLA ACA?? EH QUÌ PARLA??? YO HABLO DE QUELLO MI PASA A MI. E TU TI CAYAS!!!
Hija enmudece y el empieza a relatar detalladamente el episodio de que salio de su casa, camino 3 cuadras y de pronto glup un ruido en el oido que penso que era de afuera siguio caminando, conto los lugares a donde fue, sin ahorrar las pequeñeces mas intrascendentes mientras todos lo escuchabamos en silencio. Para terminar con:
- E CUANDO LLEGUE A CASA EL COSO ESTE HABIA DISPARUTO!! NOSTABA. USTE ME LO HIZO MAL. NO E UN MATERIAL PARA MI QUI SONO DE NOVENTA!! USTE ME DA LA PLATA!! gritaba como un desaforado.
Le pedi a la mujer que se lo pusiera para comprobar còmo se lo ponia. No le permiten que lo haga solo porque no sabe. Ella le puso correctamente el audífono del otro oído, el que le quedaba. Le mostre lo dificil que era sacarlo si estaba bien puesto. La hija me dijo bajito que era muy posible que él se lo hubiera tocado porque era lo que hacìa todo el tiempo. El no oia , ni queria escuchar
- PARA QUE PARA QUE TODO ESTO!! ??YO QUIERO LA PLATA
Intenté explicarle que el audífono no se salía solo, que el material no tenía nada que ver, que si estaba bien puesto era imposible perderlo
- USTE NO SE HACE RISPONSABILE!!!!
le pregunté por qué había salido a la calle con los audífonos
- SOLO DOS CALLES!! SI NO PUEDO SALIR PARA QUE LOS QUIERO?????
- Hasta acostumbrarse, hasta estar seguro de que los pone bien.
Inútiles mis esfuerzos por hacerlo entrar en razón. La hija avergonzada, la mujer muda.
Hasta que me quedé muda también y lo dejé protestar y gritar  hasta que se cansó. Entre otras cosas me decía.
- USTE TIENE UNO AHI NO? BUENO DÈMELO, QUE LE CUESTA? A USTE NO LE CUESTA NADA. INVECE A MI ME COSTÒ TUTA UNA VITA!!
Se lo tuvieron que llevar a los empujones porque no queria irse del consultorio hasta que yo no le devolviera la plata o el audífono.