sábado, 10 de enero de 2009

Agustín


Agustín tiene 21 años, es misionero. Y sordo de nacimiento. Nunca usó audífono, nunca aprendió a hablar.

Ni a leer, ni a escribir.

Su inteligencia es normal, pero no creció con los nutrientes vitales del lenguaje. Con la lógica de la palabra. Con la lectura de la inteligencia de otros.

La música nunca acompañó sus estados de ánimo.

Su mundo auditivo se redujo a unos pocos ruidos. Y otros, por tan débiles, los fue despreciando. Nadie le enseñó que le podían ser muy útiles, que lo podían conectar con el mundo.

Su estímulos exteriores eran las imágenes visuales, tactiles, perfumes y sabores.

Pero alguien, allá en Misiones, un día lo vió y pensó: ¿y si le pusiéramos un audífono?

Se empezó a mover gente. Y lo trajeron a Buenos Aires.


Fuimos nosotras las encargadas de socorrerlo.
Una paciente falleció y la familia trajo su audífono superpotente para donarlo por si alguien lo necesitaba. Le hicimos el molde a Agustín y se lo ajustamos para él.

No teníamos muchas esperanzas. A los 21 años hay mucho camino perdido, muy poco por hacer.

El día que se lo entregamos su cara se iluminó con una emoción nueva. Y nos devolvió la fe.

Vino a su primer control: Esta feliz, mucho más atento a todo, cambió totalmente su actitud frente al mundo que lo rodea. Empezó a decir algunas palabras. Y las está usando para comunicarse. Vuelve a Misiones. Tiene mucho por hacer, le espera mucho esfuerzo, pero hay una gran esperanza en su vida nueva.


Para nosotras, la mejor forma de comenzar el año!

6 comentarios:

OLDBEAR dijo...

QUE BUENO SERIA PODER ATENDER SOLO AGUSTINES!!!!...QUE GRATIFICANTE SERIA LA TAREA!!!...

Anónimo dijo...

Despues de un paciente asi debes sentir que tu mision esta realmente cumplida. Creo q el solo hecho de darle esa posibilidad a alguien - ESCUCHAR!! HABLAR!!!- hace q uno sienta q la vida vale la pena!!
Lo mejor para Agustin!!!!

Daniela Lucena y Gisela Laboureau dijo...

que emocionante tolenti! muy emocionante

Ana dijo...

Realmente una historia triste la de Agustín, pero alegra saber que ustedes lo ayudaron y se ve un futuro más interesante en su horizonte, no?

Anónimo dijo...

ay, genial. lo mejor de laburar es tener de vez en cuando una satisfaccion como esta. sino, no vale la pena.

tolenti dijo...

si, este caso redime a todos los otros no?