sábado, 2 de junio de 2012

Hilda

Es paciente desde hace muchos años. Está muy sorda y solo quiere usar audífonos intracanales que ya no le rinden para su pérdida auditiva. Y se niega a usar en los dos oídos.
Tiene un audífono muy viejo y otro de hace 4 o 5 años, los dos intras.
Cuando están al máximo, como en su caso, tienden a hacer un silbido con mucha facilidad. ES menor la posibilidad si queda bien ajustado en el oido, para eso le hicimos la capsula nueva.
Como Hilda siempra sospecha que va a haber problemas, los hay.
Es la típica paciente a la que le tardan mas en el laboratorio, a la que hay que repetirle la impresión porque se rompio. Llama a  los problemas y gustosos, vienen.
Ya verla es avisorar un inconveniente, su gesto es de queja, su voz un lamento.
No quiere que se le hable de soluciones, prefiere zambullirse entre almohadones de problemas y tener derecho a quejarse, interminablemente.
Vino. Retiró el audífono con la cápsula nueva. Al rato volvio, le acoplaba cuando movia la boca, volví a calibrarselo teniendo en cuenta el movimiento mandibular. Se fue
A los dos días la ví de nuevo sentada en la sala de espera, sobreturno. La secretaria me advirtió que había venido porque no oía, estaba bajo.
Yo mas de media hora atrasada, tratando de no renunciar del todo a mi corte para almorzar. Aunque sea quince minutos. La hice pasar. La escuché quejarse. Enchufé el audífono a la compu, le levanté la ganancia lo que pude, porque está casi al máximo. Me dijo que no, que estaba muy fuerte. Lo bajé un poco. Asi estaba bien. Dijo
Desenchufé. Casi feliz de haberle solucionado y poder irme a tomar un cafe y olvidarme de ella.
De fondo, como letanía:
- Lo que pasa es que no oigo nada, hay que estar en mi lugar eh, y que hablen y no entender. Ademas venir aca tantas veces, siento que estoy pidiendo un favor, pero lo que pasa es que no oigo.
- Pero ahora oye Hilda...
- Si claro, pero el otro dia tambien, aca estuve bien y despues no oia. Ahora mismo me parece que oigo menos que recien.
- Pero me dijo que le bajara porque estaba muy fuerte...
- Si por eso, seguro que me voy y no vuelvo a oir
- Lo que pasa Hilda es que Ud no quiere soluciones, prefiere tener el problema.
- Lo que pasa es que Ud no me tiene paciencia. Creo que tiene que ver a un psiquiatra.
A partir de ahi la deje hablar, no la escuche mas ( o sí, oía palabras que me hacían daño y queria evitar) me quede muda, agarre las llaves para bajar a abrirle la puerta porque mi secretaria se habia ido al Banco y no estaba. La acompañe hasta abajo. Ella seguia hablando, seguia diciendome que no me oia. Yo no hablaba.
Le abri la puerta y se fue
Yo en silencio

1 comentario:

Anónimo dijo...

En realidad, sin burnout, a Hilda hay que tirarla por el balcón
cHU