jueves, 14 de enero de 2016

A veces se cambia de idea



- A  mí me parece que oigo bien, mi marido es el que dice que no oigo, que me tiene que repetir siempre.

Miro su audiometría y explico que su dificultad está exclusivamente en las frecuencias agudas, que por eso confunde una consonante con la otra.   Por eso ella tiene el efecto de oír bien pero que los demás no pronuncian bien las letras. Hacemos la prueba y dice que se le "abrió el mundo".
Quiere ésos, los mejores, los más inteligentes, que tienen más funciones. La noto entusiasmada como si se estuviera comprando un IPhone 6S.
Le doy el precio. Bastante más alto que el de ese teléfono. Llama al  marido para que le dé el Ok para comprarlos. No tengo más remedio que escuchar la llamada:

- ¡Ay, no sabés cómo oigo! Tenías razón, yo no me daba cuenta.
- .....
- Si, espectacular. Le dije a la fonoaudióloga que quiero los mejores, ya que me voy a meter en ésta, y los más lindos. Son finitos, increíbles, ni se ven. Y puedo elegir el color...
- ....
- Si, claro, no son baratos. Te digo, los mejores cuestan xxx y los que le siguen, que son los que ella me aconseja, cuestan xxx. ¿Qué te parece? ¿Los pagamos al contado, o querés que financie una parte?
- ¿Cómo uno solo? Yo tengo dos oídos... me explicó que cuando tengo que estar con varias personas o en un restaurant con uno me voy a confundir todo...
- ¿Cómo que tan mal no oigo? ¡Hace un año que me decís que me ponga audífonos porque no me aguantás más teniéndote que repetir todo!

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