martes, 15 de octubre de 2013

Un placer para cada edad


En la infancia hablamos de princesas, de caballeros armados, de supehéroes. Navegamos entre el mundo real y la fantasía.

En la adolescencia, de amor. Las charlas entre amigas siempre superan la realidad: porque él me dijo y yo, no lo vas a poder creer boluda, me creí que... y entonces él me miró y no sabés boluda. Casi no hace falta vivirlo. Los varones no quedan excluídos. Se les puede agregar temas de football, miran un partido y se creen que están en la cancha, claro que ellos no habrían cometido tal error ni tampoco habrían contado tal falta. La pasan mejor que los jugadores porque son infalibles.

Estos temas se van extendiendo a la edad adulta.

Son los que producen placer, donde el ego se desborda, la fantasía permite que la vida sea más tolerable, casi se bordea la felicidad.

Pasan los años y el tema de las enfermedades gana por muchos cuerpos a todos los otros. Incluso al de la política, que merecería un post aparte.

Para algunos es hasta un fetiche con el que reemplazan otros goces casi olvidados.

Y entonces, como la naturaleza es sabia y la audición se desgasta, toman la palabra no escuchan y el éxtasis es interminable.

Así hoy Susy vino, se sentó frente a mí y empezó:



- ¿Yo te mostré el golpe que me di en la cabeza no?

- No me acuerdo Susy

- Sí, te mostré, fue tremendo... -y empieza a abrirse el pelo- Mirá , mirá ,¿ves? Bueno, me operaron y me abrieron la cabeza, mi nuera que estaba conmigo, porque no se puede ir sola a estas operaciones, bueno te decia que mi nuera que estaba conmigo me contó que se veía hasta el cerebro. Mirá mirá.

-. (mirando para otro lado por la impresión) ¿Y eso cuando fue Susy?

- Disculpáme pero no te escucho... Te decía que fue cuando me caí la primera vez. Después, otra vez, me quise levantar de la cama, me agarré de la mesita de luz, me resbalé y me abrí de nuevo la cabeza, me fracturé un brazo y estuve sin conocimiento hasta que me llevaron.

-( gritando) ¿Y AHORA QUE LE PASA CON LOS AUDIFONOS?

- No te escucho querida. Bueno, te decía que entonces el neurólogo me dio esta medicación, ¿ves? - y saca la receta- Y cuando estaba internada vino el enfermero… no, miento, no era el enfermero, era el anestesista y me dijo que esa medicación me atontaba. ¿O no era el anestesista? Bueno, no importa la cuestión es que tuve que dejar de tomarlo porque…

- ¿Y QUE PASA CON SU AUDÍFONO SUSY?

- Ahhh, ¿mi audífono? Bueno, te decía que cuando estaba internada, lo tenía puesto porque claro, tenía que oír lo que me decían. Y se me mojó. Debe haber sido con toda la sangre que me salía del cerebro. Por eso ahora no tiene arreglo, se debe haber llenado de sangre. Y te imaginas, adentro esta el… ¿como se llama eso que tiene adentro?

- ¿EL AMPLIFICADOR?

- Bueno, no se, no te escucho, lo que sea imaginatelo lleno de sangre que después se coagula, estropea todo.

-- ENTONCES QUIERE HACER UNO NUEVO?

- Si, quiero uno nuevo que la obra social me lo tiene que pagar porque ¿ves? Tengo acá todos mis antecedentes de lo que me pasó. Y que me dieron ese medicamento que me hace caer. Porque aparte yo tengo miastenia… acá – se señala el cuello- acá – se señala el pecho- y acá – se señala el abdomen. Y voy a sacar certificado de discapacidad, no solo auditiva, por la miastenia porque asi ni me tengo que mover de
mi casa, me mandan al kinesiologo, al médico y toda la atención es domiciliaria, porque aparte me tienen que operar de…

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